Incertidumbre, enojo y hartazgo parecen ser los sentimientos que marcan a los argentinos en este difícil momento que vive el país y que se reflejaron tras los resultados de las elecciones Paso. La devaluación que vino después y el implacable avance de la inflación, arrasaron con el poder adquisitivo, se suman a esto los graves casos de inseguridad que se repiten. Y entonces, la ansiedad gana. 

Con estas preocupaciones, no hay corazón, ni mente que aguante. Todo está amenazado: los precios, la salud, lo social, la seguridad, la vida cotidiana, etc., nos sentimos solos y angustiados. Sin embargo, frente a esta gran incertidumbre, a pesar del panorama tormentoso, todavía quedan esperanzas de lograr finalmente un bienestar social y económico.

¿Cómo preservar nuestra salud mental y física en medio del caos económico y social? ¿Qué podemos hacer para no caer en el enojo y la desesperanza?. La licenciada en Psicología Milagros Mattar (MP-14308) del equipo del Sanatorio y Clínica San Justo, reflexionó sobre esta situación en diálogo con LA VOZ DE SAN JUSTO y brindó consejos para afrontar estos tiempos difíciles. 

“Es habitual el excesivo consumo de información negativa que circula –advirtió la psicóloga-. Esto lleva a que las personas perciban el mundo y entorno de modo pesimista. Es importante evitar estar todo el tiempo mirando o consumiendo noticias que generan malestar y dedicar ese tiempo a hacer otras actividades. Si bien, es imprescindible que como ciudadanos estemos informados sobre nuestro país, tiene que existir un límite en el consumo”. 

Por otro lado, remarcó la importancia de “adquirir herramientas para la gestión de emociones, realizar actividades que permitan desconectar de lo desagradable para un disfrute diario, comprender lo que nos pasa y lograr mantener un pensamiento optimista”. 

Por eso aconsejó, en primer lugar, “disminuir el uso de tecnologías ya que permiten el acceso al consumo excesivo de información negativa, la cual tiene un gran impacto a nivel psicológico. Además, es importante evitar el aislamiento con vínculos afectivos, practicar actividades al aire libre para esparcimiento y el cuidado personal. Lo más importante es prestar atención a como nos sentimos, y pedir ayuda profesional para poder afrontar la crisis”. 

Falta de motivación y enfermedades 

En cuanto al impacto psicológico de la crisis la licenciada afirmó que transitar períodos complejos “inevitablemente genera preocupación sobre todo si persiste el sentimiento de encontrarse afectado o amenazado.  En quienes predominan estos sentimientos, se genera una incertidumbre que causa una falta de seguridad y genera inquietud. Esto, engendra dudas sobre el futuro, y en algunos casos desencadena ansiedad como una reacción esperable al estrés”. 

Con respecto a los hechos de inseguridad, Mattar explicó que, ante su recurrencia “se tiene una percepción constante de que la vida corre peligro, no solamente sobre uno mismo sino también sobre seres queridos, acompañado de miedo que causa angustia por el propio impacto del peligro en cada ser humano”. 

“Ambas problemáticas, generan un nivel de estrés elevado en la población, obstaculizando el disfrute en diversos ámbitos. Las mismas, resultan propensas a presentar factores de riesgo principalmente en aparición de enfermedades, padecimiento de ansiedad, depresión, y en casos, acudir al consumo de sustancias”, alertó la psicóloga.

Repensarse en medio de la crisis 

Constantemente estamos atravesados por cambios de diversa índole que forman parte de la vida cotidiana. Cuando planificamos un proyecto en nuestra vida y se ve truncado por razones externas sufrimos una caída en la motivación porque sentimos que no alcanzamos lo que anhelamos. 

La licenciada Mattar aconsejó que ante ese sentimiento “lo importante en esto, es poder repensarse y que la incomodidad sea el impulso de una búsqueda de nuevos objetivos, visualizándose a uno mismo y rodeándose de un ámbito optimista que permita sostener la motivación de un proyecto de vida”.

“Pensando en el periodo de elecciones al que estamos asistiendo, en cada votante generó un efecto diferente de acuerdo a sus intereses. El no sentirse parte de la decisión por el voto de uno, implica una incertidumbre acompañada de angustia y ansiedad propias de un momento de definiciones”, ejemplificó la profesional. 

Agregó en cuanto a la motivación, que las emociones “tienen un rol fundamental en la toma de decisiones de la población en tiempos electorales, influyendo también en criterios racionales al momento de votar. Es sumamente importante poner en práctica herramientas que ayuden al bienestar psicofísico, cuidando de nuestra salud mental”. 

La psicóloga recordó finalmente que a esto se suman los efectos de la pandemia de coronavirus “fueron de gran magnitud a corto y largo plazo generando preocupación y estrés en la población en general, afectando de manera significativa en la salud mental”. 

La licenciada Milagros Mattar atiende en el Sanatorio y Clínica San Justo, teléfonos (03564) 423117 ó 3564-221667.